Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) constituyen un problema grave de salud pública, y su prevalencia continúa aumentando entre la población joven. En la adolescencia, representan la tercera enfermedad crónica más frecuente, después de la obesidad y el asma (Lozano-Muñoz et al., 2022).
Pese a tener un origen multifactorial (Carratalá-Ricart et al., 2023), en este artículo ponemos el foco en uno de los factores ambientales con mayor presencia en la vida de las nuevas generaciones: el uso de las redes sociales y su influencia en la manera en que los adolescentes se relacionan con su cuerpo, que en algunos casos incrementa el riesgo de desarrollar un TCA.
Aumento de los TCA en adolescentes
Los trastornos de la conducta alimentaria han aumentado en Europa más del 40 % entre jóvenes de 6 a 18 años desde la pandemia de COVID-19 (Pastore et al., 2023). La anorexia nerviosa es más frecuente entre los 14 y 18 años, mientras que la bulimia nerviosa suele aparecer entre los 18 y 25 años (Lozano-Muñoz et al., 2022). Este aumento refleja la creciente preocupación por la salud mental y física en adolescentes.
Identidad adolescente en la era digital
La identidad adolescente se forma de manera dinámica y fluctúa entre la exploración de nuevas opciones y el compromiso con valores y creencias personales. En esta etapa, las redes sociales actúan como un “espejo digital”: los/as adolescentes se muestran, reciben feedback y adaptan su imagen para lograr la aprobación de sus seguidores. Este proceso puede mejorar su autoconocimiento y ayudarles en la definición de su identidad. Sin embargo, la comparación con personas que toman como modelos a seguir, especialmente en relación con la apariencia física, puede afectar negativamente su autoestima y su bienestar (Pérez-Torres, 2024).
En esta comparación, la población joven tiende a aspirar a un aspecto similar al de sus referentes, amoldando su apariencia en redes a los estándares de belleza que privilegian un cuerpo delgado. La exposición a un gran número de perfiles acelera y magnifica el proceso de comparación, generando evaluaciones constantes (Spies & Margolin, 2014). Además, la ilusión de ser evaluados/as constantemente que crean las redes sociales, puede llevar a sobre representar sus rasgos positivos y ajustar continuamente su auto-presentación (Pérez-Torres, 2024).
¿Cómo influyen las redes sociales en los TCA de adolescentes?
Las redes sociales forman parte de la vida cotidiana de muchos/as jóvenes: les permiten conectar con sus amistades, expresarse y explorar su identidad. Sin embargo, también los exponen a publicidad hipersexualizada y a modelos de belleza que privilegian cuerpos delgados así como ciertos rasgos físicos estandarizados, lo que puede impactar negativamente en su percepción corporal y aumentar la vulnerabilidad a desarrollar trastornos de la conducta alimentaria (Lozano-Muñoz et al., 2022).
El tipo de contenido consumido parece tener una mayor influencia que el tiempo de uso de las plataformas, incidiendo en su desarrollo identitario y en su bienestar (Avci et al., 2024). Estudios recientes muestran que la interiorización de los modelos de belleza predominantes y la exposición a contenidos que idealizan la delgadez se relacionan con mayor vulnerabilidad a TCA, baja autoestima y conductas de riesgo como ejercicio excesivo o relación deficiente con la alimentación (Lozano-Muñoz et al., 2022).
Diferencias de género en los TCA
La prevalencia de los TCA entre mujeres jóvenes se sitúa entre el 5,5% y el 17,9 %, frente a un 0,6‑2,4 % en hombres jóvenes (SEPSM, 2023), por lo que los estándares de belleza promovidos en redes sociales ejercen una especial influencia en ellas. El uso de filtros y ediciones en plataformas como Instagram o TikTok refuerza los modelos de belleza que privilegian cuerpos delgados, fomentando que modifiquen su apariencia para ajustarse a dichos cánones (Lozano-Muñoz et al., 2022). Esta exposición se asocia con mayor preocupación por la imagen corporal, comparaciones más intensas en redes y vulnerabilidad a desarrollar TCA.
¿Cuáles son los pilares en la prevención de los TCA en adolescentes?
La prevención y abordaje de los TCA requiere un enfoque integral que involucre tanto a los profesionales de la salud y la educación como a las familias. Es fundamental fortalecer la estabilidad de los equipos de atención sanitaria, ofrecer programas de prevención sólidos, y mejorar la formación de todos los agentes implicados (Landero, 2025). El entorno escolar desempeña un papel clave, ya que los/as adolescentes pasan gran parte de su tiempo en los centros educativos. Por ello, se deben implementar iniciativas preventivas y de intervención desde edades tempranas (Sanchis-Soler et al., 2024).
Asimismo, resulta crucial fomentar el pensamiento crítico frente al entorno digital. La estructura de base de las redes sociales, que enfatiza los cánones estéticos, combinada con la influencia de algoritmos y nuevas herramientas de IA, puede influir en el desarrollo cognitivo y emocional de los/as adolescentes. Regular y supervisar el uso de móviles y redes sociales constituye, por tanto, un enfoque preventivo clave para reducir riesgos y fortalecer los factores de protección frente a los TCA (Wiederhold, 2025).
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